El grupo de autoayuda como respuesta social
En nuestra sociedad, regida por una lógica de mercado y un creciente desmantelamiento del esquema de bienestar social, violentos procesos sociales desencadenan malestar en los sujetos y cancelan vías para la resolución de situaciones de sufrimiento individual. Esto se manifiesta en la situación de quienes viven difíciles circunstancias, producto de enfermedades crónicas, degenerativas, crisis o duelos. Se trata de quienes se encuentran inmersos en situaciones de marginación, rechazo y estigmatización.
Son las formas democráticas y pacíficas de interacción y participación en pequeños y muy humanos medios sociales que se encuentra el potencial para transformar en cada caso este estado de cosas.
El fraccionamiento social y familiar origina la necesidad de potentes recursos de sostén, vinculación y colaboración. Como diría la antropóloga Margaret Mead : “nunca debe dudarse que un pequeño grupo de personas comprometidas y pensantes pueden cambiar el mundo. En realidad es lo único que ha logrado cambiarlo” (Madara, 1998:35).
El efecto y potencial de la participación grupal permite transmutarlo todo. El pequeño grupo, fuertemente unido y encaminado hacia claros objetivos, con un proyecto común, trastoca todo a su paso, especialmente a cada uno de sus integrantes, fortaleciéndolos y brindándole nuevo sentido y dirección en cada una de sus vidas.
Autonomía subjetiva
Como formas de organización social, los grupos de autoayuda privilegian el trabajo grupal estructurado y la acción autónoma. El vínculo entre pares establece un proyecto conjunto y autónomo a nivel microsocial. Estos procesos de autogestión son espacios de socialización que hacen posible la autonomía en los participantes.
Profesional y grupos
Denominados de ayuda mutua por investigadores y especialistas que trabajan el tema, el potencial de los grupos de autoayuda es de una importancia tal como recurso social que la colaboración con grupos existentes y promoción de otros nuevos es una especialidad y ámbito de profesionalización en el campo“psi” y otros, tales como enfermería, sociología y trabajo social.
Informándose y capacitándose, para colaborar adecuadamente con grupos nuevos y existentes, el profesional se verá generosamente recompensado.
Apoyo para profesionales
La comunicación e interacción es herramienta que permite reconocer alcances y limitaciones de conceptos y mecanismos que permiten avanzar en el conocimiento formal y trabajo profesional propios de esta especialidad.
Al identificar y analizar los obstáculos para la acción profesional en este ámbito se hace posible generar información para reconocer aquellos casos en que se lograron objetivos particulares y otros contrarios.
Intercambiando experiencias relativas al fomento, gestión y apoyo a grupos de autoayuda se sistematiza, para informar y formar a otros en cursos, talleres y acciones que permitan la habilitación profesional y divulgación del conocimiento científico disponible.
Esta Fraternidad busca y ofrece concepciones; propuestas; métodos y recursos, aplicables al desarrollo de modelos; para el trabajo en grupos; apoyo profesional para su fundación; y para la investigación científica en la materia.